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Luis Abinader.

Santo Domingo.-El presidente Luis Abinader hizo una alocución al país la noche de este martes, en ocasión de su segundo aniversario de su Gobierno.

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El acto se realizó en Santiago de los Caballeros a las 7 de la noche en el Gran Teatro Regional del Cibao.

A continuación  el discurso íntegro del mandatario.

Querido pueblo dominicano,

Como les dije la primera vez que me dirigí a ustedes como presidente, este sería un gobierno diferente, transformador y que rendiría cuentas de manera permanente y los escucharía.

No hace ni 6 meses desde que informé sobre nuestras ejecutorias, como corresponde por ley, ante la Asamblea Nacional, y mi comunicación pública ante ustedes para explicar todo lo que hacemos es continua, pero en las condiciones de alta incertidumbre y con la promesa irrenunciable de ser un gobierno transparente, aquí estoy de nuevo, para hacer un balance de estos meses y de estos dos años de gobierno. ESTO ES CAMBIO

Lo hago este 16 de agosto porque un día como hoy, hace 159 años, un grupo de patriotas encabezados por los comandantes Santiago Rodríguez, Benito Monción y José Cabrera iniciaron con el Grito de Capotillo, la gesta revolucionaria más importante de nuestra historia, a través de la cual reafirmaron la determinación del pueblo dominicano de mantenerse libre de toda dominación colonial.

Este acontecimiento dio lugar a la Guerra de la Restauración, en la que hombres de la talla de los presidentes Pepillo Salcedo, Gaspar Polanco y Gregorio Luperón alzaron su voz para decirle al mundo que estábamos preparados para dirigir nuestro propio destino; para protagonizar nuestra propia historia y conducirnos soberanamente como una más entre las naciones del mundo libre. Sin tutelas ni injerencias, y solo con la voluntad popular y la fortaleza de nuestras instituciones, que siempre deben responder a los intereses de los dominicanos.

Cada día recuerdo por qué y para qué estoy aquí. Y siento la responsabilidad histórica que ustedes me han dado en estos tiempos difíciles.

Un amigo expresidente centroamericano me dijo una vez que en el ejercicio de la presidencia “Los días son largos y los años cortos”. No podría estar más de acuerdo con él.

Que nuestro país ha cambiado, especialmente en algunas áreas, es ya un hecho. Y el cambio también consiste en explicar lo mucho que hemos logrado y en reconocer con honestidad lo que aún no hemos podido conseguir, explicando las razones.

Llegamos al gobierno en momentos muy complicados, todos ustedes lo saben, en medio de una pandemia, pero teníamos muy claros nuestros objetivos.

Solo así pudimos desplegar el mayor plan de prevención y ataque contra el virus que ningún país de Latinoamérica ha podido trazar y ejecutar. Invertimos desde el primer minuto todo el dinero necesario para atender las necesidades de la salud y también para aseguramos una variedad y cantidad de vacunas que pocos países en el mundo tienen.

Hoy, todos ustedes tienen acceso a cualquier vacuna que exista a un coste cero y tenemos uno de los índices de letalidad, transmisión, y presión hospitalaria más bajos del mundo.

Al día de hoy la República Dominicana no mira lo que hacen otros, sino que nosotros explicamos al mundo cómo lo hemos hecho, haciendo que muchos países vean nuestro ejemplo y quieran replicarlo por su efectividad.

Esta acción del Gobierno encaminada a superar con rapidez las consecuencias del COVID19 nos permitió una reapertura de nuestra economía y de nuestros sectores productivos más rápida que la de la mayoría de los países, hasta el punto de que la OMS nos invitó a hablar de la experiencia dominicana como modelo de éxito mundial.

Tanto es así, que nuestra economía creció a un ritmo de dos dígitos el año pasado y sectores como el turismo o las zonas francas están, en este momento, en cifras récord desde hace meses. ESTO ES CAMBIO

Este buen desempeño de la economía con el relanzamiento que estábamos impulsando se ha visto afectado por la guerra desatada con la invasión de Rusia a Ucrania.

Se han roto cadenas de suministros, se han puesto en tensión los mercados energéticos, los de divisas y se están alterando los flujos de comercio mundial.

Esto sin duda tiene efectos sobre todas las economías del planeta y también sobre la dominicana. Pero les puedo asegurar, que durante este periodo hemos sentado unas bases sólidas para que estas perturbaciones que está sufriendo la economía internacional nos afecten lo menos posible.

No podemos obviar que muchos de los problemas que hoy tenemos, como la inflación, que tanto afecta y preocupa al gobierno y al pueblo dominicano, son de carácter global y tienen causas ajenas a nuestro país, aunque nosotros pongamos en marcha acciones para mitigarla en la medida de nuestras posibilidades.

De esta manera hemos aprobado un paquete de medidas dedicado a enfrentar los niveles inflacionarios internacionales más altos de los últimos 14 años, desde que en 2008 la inflación interanual en República Dominicana llegó al 14%.

Desde que empezó la guerra, el gobierno ha desplegado un programa de subsidios para la protección de las clases trabajadoras, así como para los más vulnerables, de 42,800 millones de pesos, especialmente para los combustibles, pero también para el arroz, el trigo y otros productos. Para que se hagan una idea, con todo este dinero se podrían construir 400 kilómetros de carreteras.

Nuestro plan nos ha llevado a subsidiar el 100% del alza de los combustibles. De no haberlo hecho, la inflación habría aumentado el 6% anual. Y hemos apostado decididamente por la producción agropecuaria nacional, subsidiando de forma directa los fertilizantes y otros componentes utilizados en la producción agrícola.

En esa misma línea, hemos dispuesto también otras medidas para combatir la inflación y proteger los bolsillos de los dominicanos.

Entre ellas está el aumento del subsidio directo al sector transporte para evitar el alza en el precio de los pasajes; y el subsidio de hasta un 10% en las importaciones de maíz, trigo, soya o harina y la grasa vegetal, así como la aplicación durante 6 meses del 0% a los aranceles de los productos más importantes de la canasta básica que momentáneamente la producción nacional no puede cubrir.

Mantenemos la política de subsidios focalizados con los programas especiales del INESPRE, con la instalación de más mercados populares en todo el territorio nacional, llegando a duplicar las bodegas de venta directa de productos; el aumento de las transferencias a la tarjeta SUPÉRATE, el incremento del subsidio del Bono Gas y la ampliación de las raciones de alimentos en los Comedores Económicos, entre otras, para lo cual hemos asignado la suma de 14,540 millones.